14. ¿Cómo aprendiste a hablar?
- Andrea Flores B.
- 18 may 2023
- 4 Min. de lectura
Resulta que hace algunos años me invitaron a participar de un conversatorio para entender cómo y cuándo aprendí el inglés; esta conversación era auspiciada por una editorial y el grupo de participantes era de lo más interesante, todos completamente bilingües y con quienes compartía muchas experiencias en común.
Recordé que cuando tenía 11 años me cambié de ciudad y de escuela- hasta ese momento, casi casi que ni sabía de la existencia del inglés, pero mis compañeras de clase ya habían recibido en todos sus primeros años de escuela, algo o mucho del idioma. Era evidente la desventaja que tenía con ellas, así que mis papás me inscribieron en un instituto de idiomas para tratar de igualarme.
No solo me igualé, sino que superé todas las expectativas. En el colegio hasta me exoneraron de dar exámenes de inglés y ayudaba a otras a aprenderlo.
Entre las cosas que estuvimos de acuerdo, con este grupo de personas fue que aprender un segundo idioma muchas veces tiene que ver con la fortaleza del primer idioma, la motivación, la emoción, la conexión, la necesidad, la naturalidad…
Durante todos mis años de profe, la mayoría de ellos enseñé en inglés y aunque al principio es difícil encontrar un camino que sea natural, emocionante, motivante, etc., para este grupo de niños que no entienden el idioma, ni necesitan hablarlo, porque la mayoría de ellos tenían al español como su lengua materna y vivían en ese contexto, en realidad, el inglés sólo les servía en el colegio.
Pero entonces, ¿Cómo lograr que se conecten con este idioma extranjero y que lo absorban, casi casi como si fuera su primer idioma?
Hace un par de semanas estuve con un grupo de profes, hablando de este tema y les compartí algunas de las estrategias que usaba en mi clase. Entre las cosas que hablamos fue que es importante siempre tener claro que un idioma sirve para comunicarnos, lo importante no es que los niños aprendan o entiendan tooodo lo que les dices, sino que entiendan la idea que les quieres comunicar. Siempre piensa en la manera en que se aprende un primer idioma.
Y ya que hablamos del primer idioma, una de las cosas que hay que recordar siempre es, que es recomendable no traducir a su idioma materno, pero si se debe traducir al idioma universal, que es el cuerpo.
Cuando queremos “traducir” alguna palabra del inglés (o cualquier idioma), la primera opción debería ser recurrir al movimiento, a los gestos, a la acción, a los sonidos, a las imágenes, a las sensaciones, tocando, probando e imitando… Mientras más sentidos se involucren, más fácil será recordar y asociar ese nuevo vocabulario.
Así aprendemos el idioma materno, con juegos, palabras, gestos, movimiento, imágenes, sonidos, olores, sensaciones y siempre, siempre, imitando y siempre siempre, con emoción.
Y como ya les había dicho en entradas anteriores, para mí, la emoción más grande la encuentro en los cuentos, en las canciones, en los juegos, pero sobre todo en los cuentos… qué mejor que un cuento para aprender vocabulario, entender una idea, recordar frases, imitar sonidos, palabras, gestos, movimientos. Yo siempre recurro a las historias, éstas ya tienen el correcto uso del idioma, vienen acompañadas de imágenes, ritmos, repeticiones, juegos orales y hasta canciones.
Pero tal vez tu encuentras emoción en otras cosas.
Y ahí está el detalle, lo importante es que encuentres la manera más natural para comunicar, hacer conexiones, permitir a los niños explorar, y por sobre todo: que les inspires a hablar, imitar y aprender con emoción.
Recuerda que los niños ya hablan el idioma del cuerpo desde que nacen, además que son expertos imitadores, usa ese conocimiento para transmitir la belleza del idioma, de la comunicación.
Si hoy puedo inspirarte a usar cuentos para enseñar un segundo idioma, te comparto algunas de las cosas que me ayudan al momento de elegir un libro:
En primer lugar, veo que el libro sea adecuado para la edad, eso lo ves en la simplicidad de la historia, la repetición de frases, la cantidad y tamaño de las palabras, la claridad de las imágenes, el tamaño del libro y la cercanía que el tema del cuento tiene al contexto (realidad, edad, situación) de los niños.
Segundo, de acuerdo al objetivo que tenga, elijo un cuento que me brinde posibilidades- es decir que sea versátil en su contenido y en su formato: puede ser un cuento sin palabras, que sea rico en vocabulario y que me permita conectar con actividades sensoriales, por ejemplo.
Tercero, que sea un cuento que me permita jugar con sus palabras y sus imágenes- que pueda adaptarlo, cambiarlo, transformarlo a una canción, un juego, etc.
Y como última cosa, cualquier cuento que elija, hay que estudiarlo: leerlo varias veces, ver sus posibles conexiones con los niños; la manera en la que se puede hacer interactivo; las posibilidades que se tiene para enseñar alguna frase o vocabulario y para aclarar cualquier posible confusión que puedan encontrar los niños.
Lo más lindo es que cuando lees estos cuentos más de una vez, inspiras a los niños a que en sus momentos libres, busquen estos cuentos e intenten leerlos, recordando tus palabras y tus acciones… ¡Eso no tiene precio!
Aquí te dejo mis top 19 de cuentos clásicos y no tan clásicos que me parecen interesantes y que los he usado miles de veces para enseñar el inglés.
Nota: Cabe recalcar que edité muchas veces esta lista !porque fue muy difícil reducir a 19! y gracias a varias inteligencias artificiales, generé esta lista con su resumen, imágenes y autores, sin esfuerzo. Aunque hay mucha controversia en relación a la IA, yo sigo amándola cada vez más...
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Excelente Andrea!